Posted on enero 12, 2017, 8:51 am
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finales

Todos nos hemos dejado llevar alguna vez por un videojuego lineal, con una dirección clara que resulta que concluye de una manera abierta. Muchas veces esto nos hace sentir como si tuviésemos un trastorno obsesivo compulsivo creándonos una necesidad extrema de rellenar ese vacío y darle una finalización.

Cuando pienso en finales abiertos siempre hay unos claros ejemplos que me vienen a la mente como Limbo, FFVIII o el polémico Mass Effect 3, un largo número de historias que cuando llegan a su inevitable fin te dejan con la sensación de no haber aclarado nada.

Muchas veces para los guionistas es difícil contar una trama que no lleve a un final predecible y en el camino de crear una trama original terminan surgiendo incógnitas a las que ni ellos mismos saben cómo dar una explicación digna. Claro está que un remate perfecto puede ser la culminación de una obra maestra, pero muchas veces nos entusiasmamos con una idea que, cuando finalmente es explicada, nos da una sensación de que no está a la altura de las circunstancias. Entonces, ¿cuál es el colofón perfecto para una narración?

Yo particularmente soy de las que se pasa días, semanas o incluso meses obsesionándome con las respuestas, buscando en foros gente que coincida con mis conjeturas. Y voy más allá, trato de convencer a mis amigos de que lo jueguen muy insistentemente solo para comprobar que coinciden con mi opinión. Todo este circo siempre termina de la misma manera, dándome cuenta de que por mucha gente que opine como yo, lo bonito de este tipo de obras es que jamás sabremos si estamos en lo cierto o no y esque….

Hay historias que no están hechas para ser contadas.