Posted on julio 07, 2017, 9:00 am
8 mins

Hoy vengo a hacer una confesión: en esta época que estamos viviendo donde cada vez  los videojuegos tienen un apartado gráfico más potente, llegando a parecer auténticas  obras cinematográficas, aquí la que escribe es una enamorada del pixel art.

Entre escenarios que parecen auténticas fotografías y personajes que bien podrían  confundirse con actores de carne y hueso, no puedo evitar enamorarme de esos juegos  que apuestan por esta estética más clásica, que a muchos aficionados nos recuerda a  esas aventuras que nos tenían pegados a la pantalla durante horas en nuestra más tierna  infancia.

El pixel art, para los más despistados, es un tipo de arte que consiste –en el mundo de  los videojuegos– en la creación de escenarios y personajes a partir de píxeles (valga  la redundancia). Se podría decir que es, comparándolo con una técnica artística más  tradicional, la versión digital del puntillismo.

Grandes sagas de videojuegos empezaron con esta técnica por las limitaciones de los  medios de entonces, como Pokémon, The legend of Zelda o Mario Bros, por nombrar  algunas fácilmente reconocibles. Sin embargo, al contrario de lo que podría pensarse, el  píxel art sigue vivo a pesar de los avances tecnológicos que a día de hoy posibilitan la  creación de gráficos más potentes y elaborados, convirtiéndose en una técnica muy  utilizada especialmente en el desarrollo de juegos indie.

Existen en Steam cientos de juegos de estética pixel art, la gran mayoría de corta  duración y bastante económicos, de modo que pueden ser una opción muy atractiva para  aquellos que quieran invertir en un nuevo título pero no cuenten con un gran  presupuesto o un equipo demasiado potente.

Por este motivo, hoy vengo a destacar unos pocos juegos que, estoy convencida, son  una gran opción para esas tardes de verano. Así pues, si te apetece un juego sencillo,  bonito y barato, toma nota. Estos te pueden interesar.

El primero de ellos es, en mi opinión como jugadora, uno de los mejores juegos de  2015: Undertale. En él encarnamos a un niño o niña que por azares de la vida acaba en  un mundo subterráneo donde habitan los monstruos. En este submundo encontramos  tanto criaturas que quieren acabar con nosotros como personajes que nos acogerán entre  sus brazos y se convertirán en nuestros amigos a lo largo de la historia, además de  secundarios especialmente carismáticos que te provocarán más de una risa (Sans, va por  ti).

Nuestra misión en Undertale es simple: volver a nuestro mundo; y para lograr este  objetivo deberemos enfrentarnos a una serie de criaturas que intentarán impedírnoslo.  Lo curioso del juego, sin embargo, es que no es necesaria la violencia para salir  airoso de un combare, ya que podremos usar como arma nuestra propia palabra.  Propone, así, una nueva forma de vivir una aventura, plagada de humor y que en cierto  modo recuerda, como su propio nombre indica, a un cuento de hadas.

Seguimos con un juego que más que una aventura es una novela visual. En To the  moon somos testigos de una historia basada en los recuerdos de un anciano al borde de  la muerte, al que intentaremos ayudar a cumplir de una curiosa manera su mayor deseo:  ir a la luna. A través de sus memorias, seremos testigos de su historia de amor y de  cómo evolucionó con el paso del tiempo y a pesar de los distintos obstáculos que se  presentan en su camino.

To the moon es una historia emotiva, tierna, con pequeños toques de humor y una  banda sonora de lujo, que a más de uno pondrá la piel de gallina con tan solo  escucharla. Eso sí, no esperéis en él un juego rápido de acción constante. To the moon  hay que jugarlo con calma, disfrutando de cada segundo.

Pasamos de una historia tierna a otra algo más macabra en Party hard. En este juego  seremos un joven que debido a las ruidosas fiestas de su vecindario no puede dormir, de  modo que para solucionar este problema decide ir a esas fiestas y matar a todo aquel que  le molesta, convirtiéndose así en un asesino en serie perseguido por la policía. Sí, ese es  el objetivo del juego, matar a todos los invitados de la fiesta de las muchas maneras posibles que te ofrece el juego hasta que sólo quedes tú.

A simple vista puede parecer un planteamiento absurdo, pero una vez te metes en el  personaje y comienzas a ideas artimañas para acabar con todos aquellos que te están  molestando te das cuenta de que el juego tiene mucho más, ya que el mínimo error  puede hacer que pierdas toda la partida (y creedme si os digo que cuando quedan apenas  un puñado de personas que eliminar sienta bastante mal). Es un juego perfecto para esos  tiempos muertos en los que no sabemos qué hacer, diferente a lo que solemos  encontrarnos y, ante todo, con un planteamiento muy curioso.

Por último, y como apunte final, quería mencionaros también el juego del que hablé en  mi artículo anterior: Stardew Valley. Siguiendo una estética pixel art al igual que los  anteriores títulos, en él tendremos que, simplemente, gestionar y hacer crecer nuestra  granja. Dicho así parece algo bastante simple, pero es un juego que está  sorprendentemente lleno de posibilidades, en el que no sólo riegas tus cultivos y  das de comer a tus animales, sino que también participas en festivales del pueblo,  interactúas con tus vecinos (¡e incluso puedes formar una familia!), investigas la mina  en busca de recursos o monstruos que derrotar… Un juego tranquilo, sin grandes  pretensiones y perfecto para desconectar de los problemas del día a día, aunque es mi  deber advertir que cuando empiezas a jugarlo es difícil parar.