Esto no es un reportaje ni un artículo de opinión, ni siquiera una entrevista o la crítica de algún juego: esto es una confesión, porque yo, Sara Batsky, confieso que hasta hace una escasa semana nunca había jugado a Overwatch.
Sí, ese juego que tanto éxito ha cosechado y que a tantas personas ha enganchado, aún no había pasado por mis manos. Quizá algunos consideren esto un pecado viniendo de alguien que dice ser jugadora, pero tiene su explicación. En primer lugar está mi equipo informático, el cual dudaba que pudiera soportar los requisitos técnicos del juego, motivo por el que no me detuve demasiado a saber de él. A ello debemos sumarle mi rechazo hacia los juegos competitivos. Soy una jugadora solitaria, una jugadora que disfruta del modo campaña y que acostumbra a jugar a su ritmo, sin demasiada presión.Por esto pensaba, ilusa yo, que Overwatch no era para mí. Obviamente, me equivocaba.
Por casualidades del destino, en una tarde de compras acabé en una famosa franquicia de tiendas de videojuegos (ups) y en uno de sus estantes estaba el juego rebajado (doble ups). Antes de darme cuenta ya estaba convenciéndome a mí misma para comprarlo: que si pronto tendría un ordenador decente para jugar, que si después del aniversario no volvería a encontrarlo a ese precio, que si a todo el mundo le gusta será por algo, etc. ¿Conclusión? Cinco minutos después de entrar en la tienda salía felizmente del establecimiento con mi Overwatch en las manos.
Mi intención inicial era esperar a tener el nuevo ordenador para estrenarlo, pero notaba como el juego me decía “¡pruébame, pruébame!”. No podía ir tan mal en mi portátil como para no poder echar una partida de prueba, al fin y cabo. Así que le di al botón de instalar. Después jugué mi primera partida, y luego otra, y otra, y otra… Y ya soy casi nivel 20 sin apenas darme cuenta.
Así que sí, señoras y señores, he caído. Ya soy una enganchada más a Overwatch. Pero, ¿por qué me ha llegado a gustar de esta manera un juego que se aleja tanto de los títulos que acostumbro a jugar? (competitivo, shooter, etc.) Las razones son varias.
Para empezar, nos encontramos en Overwatch con un juego dinámico de partidas muy rápidas. La acción es constante y apenas te da tiempo a respirar entre jugada y jugada. Despierta todos tus sentidos y te mantiene alerta en todo momento, llenándote de frustración en un determinado instante y al segundo siguiente haciéndote gritar de alegría. Es un liberador de ansiedad perfecto, lo dice una que vive en un bucle de estrés constante.
Es importante destacar también otro de sus –en mi opinión– grandes atractivos: el gran elenco de héroes. Si bien es cierto que todos acabamos teniendo uno o dos personajes favoritos, son tan diferentes entre sí, con personalidades y habilidades únicas, que tu partida es distinta dependiendo de si escoges uno u otro. No juegas de la misma manera con Mercy que con Sombra o con D.Va, por ejemplo, lo que hace que cada vez que le das al botón de jugar vivas una experiencia completamente diferente.
Sin embargo, no son estos dos sus únicos atractivos: escenarios variados y atractivos,distintos modos de juego, coleccionables, eventos especiales y más, son lo que hacen de Overwatch el juego de éxito mundial en el que, apenas un año después de su lanzamiento, se ha convertido, siendo incluso considerado por algunos el mejor juego de su categoría de la historia.Felicidades por tu primer año de vida, Overwatch, y que sean muchos, muchísimos más.